miércoles, 26 de agosto de 2009

mariposas mas bellas

lunes, mayo 21, 2007

SOBRE LA MARIPOSA MÁS BELLA DEL MUNDO
La casualidad ha querido que mi interés recaiga, en varias ocasiones durante las últimas dos semanas, en la ciencia de la Entomología.
Esta mañana, mi compañero Luís Cortés, profesor de francés, excursionista empedernido y "oropeda" convulsivo, me ha traído un ejemplar algo deteriorado de una mariposa que, según refiere, ha encontrado ya muerta en un recóndito paraje de la Sierra del Segura. "Es una mariposa preciosa", me dice mientras extrae el ejemplar de su féretro de papel. Cuando la veo, sonrío y le digo: "Efectivamente, Luís: es la mariposa más bella de España".Comenzaré recordando a mi profesor de "Entomología" y de "Etología" en la Facultad de Biología de la Universidad de Valencia, Don Ignacio Docavo Alberti (el segundo apellido es el mismo que el del poeta del Puerto de Santamaría, hermano de su madre). Las clases de este carismático zoólogo, valenciano de adopción, se parecían mucho a aquellos "Souvenirs Entomologiques" de Jean-Henri Fabre: vívidas descripciones, mezcladas con experiencias personales y aderezadas con un toque poético, con permiso de su ilustre tío, del fascinante mundo de los insectos. Hablaba de "la mariposa que sale en los donuts", (refiriéndose a la polilla de la harina, Ephestia kuehniella, que según publicó la prensa, una señora encontró entre la masa de uno de esos productos) o de los "insectos devoradores del alma" (por un lapsus en un examen, una alumna confundió el orden de los "psocópteros" y escribió "psicófagos") o de cómo viajó, en cierta ocasión, desde Alberique hasta Valencia en autobús con un vaso de plástico apoyado en el cristal de la ventana porque dentro había una avispilla que le pareció curiosa... ¡Por no perder su valiosa presa, no pudo bajar del autobús hasta que llegó a las cocheras!.
"¿Cuál es el lepidóptero más bello del mundo y quién fue su descubridor?" preguntó Docavo en uno de sus exámenes. La respuesta correcta era la Graellsia isabelae, una mariposa ciertamente hermosa (no importaba que a uno le pareciese más bella la Iphiclides podalirius, por ejemplo: el libro "Elementos de Entomología" de Gonzalo Ceballos, que el profesor Docavo seguía al pie de la letra, decía que la más bella era la Graellsia isabelae y su punto de vista no admitía discusión). El asunto del descubridor era más peliagudo. Contaba Docavo que la descubrió D. Mariano de la Paz Graells, un eminente médico y naturalista del siglo XIX, que fue director del Real Jardín Botánico de Madrid. De esta bellísima mariposa había noticias en la época de Graells, pero ningún ejemplar había sido capturado. En una excursión por la sierra del Guadarrama, los ladridos de su perro "Curricus" hicieron levantar el vuelo a una de estas raras mariposas y la fortuna quiso que Graells tuviese bien dispuesto y preparado su cazamariposas. Una vez disecada y estudiada, comprobó que era, efectivamente, nueva para la ciencia por lo que tuvo el honor de bautizarla con el nombre genérico de Graellsia sp. y de dedicar la especie a la reina Isabel II, viniendo a llamarla Graellsia isabelae. Sin embargo, la respuesta correcta sobre el descubridor no era "Graells" sino... ¡"Curricus"! Una broma típica de Don Ignacio...
Recientemente he leído su obra "Memorias del Zoo de Valencia", donde recoge "la polémica, la lucha, la constancia y la paciencia durante 40 años para lograr el Parque Zoológico" y ahora mismo, cuando voy a escanear la portada del libro para ponerla en este post, me sorprende otro detalle casual: la mariposa que Don Ignacio luce sobre la solapa de su chaqueta no es otra que la famosa "isabela"...

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